Por Jessica Giraldo Quintero | 14/08/2021.
El comportamiento del comercio, las inversiones mundiales y los movimientos internacionales de migrantes, turistas y estudiantes ha cambiado durante este tiempo de pandemia. Varios expertos han analizado diferentes factores de suma importancia que influyen en las dinámicas mundiales, así como la interacción entre Estados.
Las estadísticas permiten analizar el impacto del COVID-19 en la globalización y es posible dejar de suponer las consecuencias de la pandemia a la luz de las Relaciones Internacionales, basándose exclusivamente en el impacto que tuvo la Gran Recesión, porque ahora podemos basarnos en el comportamiento real o supuesto del comercio, el aspecto militar y la cooperación Internacional entre estados, observando los primeros meses de este año.
El valor agregado de la proyección económica mundial podría contraerse en un 12,0% y el de la militar aumentar en un 7,6%. En el caso de tecnología, cultura e información, el impacto generado por la pandemia es incierto.
Podríamos referirnos a este fenómeno como el inicio de una “Desglobalización” entre el 7,5% y el 8,8%, la mayor variación negativa anual que observaríamos en toda la serie del Índice Elcano de Presencia Global (Mide la proyección exterior y el posicionamiento internacional de los de países en función de tres dimensiones: económica, militar y “Poder Blando” incluyendo los años de desintegración de la Unión Soviética o la Gran Recesión.
Estos resultados son provisionales, pues mientras no sean observables y pueda estimarse el impacto real de la pandemia, son sólo proyecciones. Deben tomarse cuidadosamente las medidas necesarias para reducir el impacto en el escenario internacional.
De igual manera, todo parece apuntar a un descenso en los intercambios mundiales, en casi todos los planos. También es posible observar (A diferencia de la Gran Recesión) una fuerte contracción de las dinámicas blandas, que hacen referencia a componentes culturales e ideológicos, temas que habrían cobrado especial importancia en un mundo globalizado en años previos a esta crisis.
Por su parte, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) Señala la pertinencia de idear un modelo de desarrollo que permita atravesar adecuadamente esta situación. Plantea la posibilidad de un capitalismo diferente, más inclusivo y sostenible.
Dado el cierre de fronteras y la reducción del transporte, Bárcena resalta la importancia de la integración y la autosuficiencia regional, elementos claves que facilitarán la cooperación entre Estados Latinoamericanos por ello ha solicitado levantar de manera temporal las sanciones a Cuba y Venezuela para afrontar los retos que implican la lucha contra la Covid-19.
En una carrera que inició la humanidad años atrás, con el ánimo de crear un mundo interconectado facilitando el acceso a la información y diferentes culturas, así como los privilegios que esto puede acarrear, perdimos de vista elementos importantes como el cuidado del medio ambiente e incluso al mismo Ser Humano.
Es por ello que es importante reflexionar si aquella dinámica que sosteníamos en términos de economía, modelos sociales y culturales deben perpetuarse. Tal vez debamos repensar a fondo las nuevas reglas del juego permitiendo que cada vez sea mayor el número de “Ganadores”… O al menos que existan mejores condiciones y así no sean tantos los Estados descartados del escenario internacional.
