Por Dennis Guevara | 19/06/2021.
Un recorrido por la chatarra a eliminar de la alimentación diaria. Gastronomía y agronomía, 2 ejes inseparables en esta época.
Para comenzar, debemos entender que no solo hablamos de basura sino de chatarra, y de una directamente más dañina. Me refiero a la comida chatarra, que, aunque es muy adictiva, contiene altos niveles de grasas, condimentos y azúcares que aportan muy pocos nutrientes a nuestro cuerpo.
Lamento decirles que la empanadita o hamburguesa que comemos, en muchas ocasiones más que como aperitivo, reemplazando alguna de las comidas vitales del día, como lo es el almuerzo o la cena; no son benéficas para el organismo y menos cuando se torna costumbre.
Actualmente, son cientos los niños, jóvenes y adolescentes que terminan cayendo en las ataduras de dichos alimentos, sin entender lo nocivos que llegan a ser para su salud. Pero no solo hablamos de las comidas rápidas que acaban siendo parte de este gran paquete, sino que se les suman las bebidas azucaradas, como lo son las famosas gaseosas o jugos que realmente lo único que contienen son colorantes.
Es importante entender, de una vez por todas, que estas no afectan sólo el aspecto físico, sino a la salud interna como tal. Un arma letal muy silenciosa, que ocasiona enfermedades muy peligrosas como lo es la diabetes, junto a otros síntomas entre los que se pueden destacar: la hipertensión arterial y los problemas oculares o renales.
Como respuesta a dicho análisis, hace un par de años se viene librando una lucha en torno a la creación de una ley que regule estos alimentos. Y por fin, luego de tanta espera, fue aprobado el día 17 de junio el proyecto de ley de comida chatarra, bajo la ponencia del senador Juan Luis Castro.
Lo que se pretende con dicho proyecto es promover un etiquetado de advertencia sobre excesos en grasas, sodio y azúcares, de forma que sea mucho más entendible para el consumidor.
Sumado a lo anterior, ayer se celebró el día de la Gastronomía Sostenible, que justamente va ligado con todos estos alimentos poco saludables. El establecimiento de este festejo, establecido por la ONU, pretende un mayor y mejor aprovechamiento de alimentos que sean generosos con el planeta al tener un impacto más benéfico, tanto en nuestra salud, como en la del medio ambiente.
El llamado, en estos momentos de crisis, es a pensar en un porvenir, y qué mejor futuro que el apoyo a los campesinos con la compra local y la baja en los niveles de desnutrición, pero ante todo, concientizar y generar conciencia.