Sergio Adrián Ángeles y Mónica Rubalcava, San Juan Del Río (México), 31 oct (EFE).- Rosarios en mano, vestidas de luto y llenas de lágrimas, mujeres mexicanas se preparan para un concurso de plañideras que, además de mantener viva la tradición, explora la capacidad actoral de las concursantes para expresar un duelo: “lo principal es llorar y tratar de llorar de verdad”, dice a Efe Isidra Ávila, una de ellas.
“Tienes que sentirlo, el jurado te va a calificar tu vestimenta, lo que haces y lo principal, que es llorar y tratar de llorar de verdad, de sentirlo para transmitirlo”, añade Ávila.
Uno de los oficios más interesantes, antiguos y ahora poco comunes es el de las plañideras, aquellas mujeres que contratadas le lloraban a muertos ajenos para despedirlos del plano terrenal en los funerales.
“Es un oficio que ha menguado año con año sobre todo en las ciudades, el antecedente es muy antiguo y llegó a México a través de España. Representaba una situación de estatus tener gente que llorara en los funerales”, dice Eduardo Guillén, director del Instituto de Cultura Turismo y Juventud de San Juan Del Río.
El municipio queretano ha buscado mantener esta tradición y desde hace 14 años realiza un concurso que busca encontrar a la más convincente de ellas.
Este espacio ha servido para que plañideras como Isidra Ávila, de 64 años, muestren su talento donde se premia la interpretación del llanto, pero también todos los elementos y caracterización que hacen creíble el duelo en un servicio fúnebre.
“Hace dos años gané el primer lugar tratando de llorarle al cantante José Alfredo Jiménez (1926-1973) y al actual gobernador del estado, Francisco Domínguez. El segundo año que participé le lloré a los actores María Félix y a Pedro Infante”, asevera “Chila”, como llaman a Isidra sus amistades.
Este año, Ávila espera volver a recibir un premio en el concurso que por primera vez se llevará a cabo de forma virtual debido a la pandemia ocasionada por la covid-19.
Isidra supo desde pequeña que tenía dotes artísticas tanto para escribir poesía, como para cantar y actuar, pero no fue hasta su adultez que los ha podido explorar con libertad, pese a los pocos estudios que ha tenido en relación a ello.
“Esto es algo que yo lo traigo nato porque no he estudiado nada de teatro. Tuve una clase de iniciación artística y de poesía, tuve dos o tres cursos (…) pero yo soy muy inquieta, decía mi abuelito que soy la de los 14 oficios y mil necesidades”, rememora.
Para ella no es difícil llorar. Una de las cosas que aprendió en sus cursos fue lo importante que es creer en el personaje que interpreta. Sin embargo, estos tiempos de la pandemia han hecho que su llanto fluya con mayor facilidad, por los lamentables sucesos que ha tenido que atravesar.
Para esta edición, Isidra se inspiró en la canción de “La Llorona” y su llanto estuvo dedicado a un bebé que no nació, un poco también con la intención de concienciar a los jóvenes acerca de los embarazos no deseados.
UN OFICIO SORPRENDENTE
Otra plañidera que ha sido parte de estos concursos es Laura Leticia, quien recuerda cómo fue que conoció el concurso del cual inmediatamente buscó formar parte.
“Me llamó la atención la primera vez que vi el concurso ver que lloraban, yo soy muy emocional entonces dije ‘a mí no me costaría trabajo llorar’ y me puse a analizar el personaje, cómo le hacían y decidí participar el siguiente año”, menciona.
En un principio, a Laura le resultaba incomprensible que alguien pudiera necesitar de este servicio, pero fue precisamente eso lo que la motivó más a ser parte del concurso.
“A mí me sorprendió que hace muchos años se le tuviera que pagar a la gente para que le llorara a su difunto porque para ellos no era bien visto llorarles. Eso me emocionó mucho en el aspecto de decir ¿cómo es posible que no le puedas llorar a una persona que es de tu sangre?”, apunta.
Aunque cada vez hay menos plañideras que brinden sus servicios, el Instituto de Cultura ha mantenido vigente el oficio como parte del Festival de Día de Muertos de San Juan del Río.
“Ya es toda una tradición para el municipio y curiosamente la pandemia ha representado una oportunidad para este concurso, pues aunque su convocatoria siempre ha sido nacional, normalmente participan de manera local las personas y ahora al ser virtual ha permitido que gente de todo el país envíe sus participaciones y esto hará que crezca mucho”, dice Guillén.
Las concursantes que mandaron su vídeo con su interpretación y el público en general sabrán los resultados de los ganadores este 31 de octubre de manera virtual.
El 1 de noviembre serán publicados los mejores vídeos en las redes sociales de la institución y el 2 de noviembre se llevará a cabo la entrega de premios de manera presencial.
Las ganadoras serán dotadas de un reconocimiento y recibirán un estímulo económico de hasta 3.000 pesos (unos 142 dólares). EFE
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